Si tienes un hijo con Asperger, nadie mejor que tú, va a saber cómo se vive esa situación. No voy a venir yo a contarte lo que se siente. Lo quieres más que a nada en este mundo, y por supuesto, estás dispuesto a hacer, cualquier cosa por él. Hoy te hablo sobre bulos y mitos sobre el Síndrome de Asperger.
¿Sabes cuál es el problema? Que igual que yo, esto lo saben muchos desaprensivos y sinvergüenzas que intentan buscar la forma de aprovechar esa buena voluntad.
Lo peor es que, en muchas ocasiones, aprovechan vuestra desesperación, para inventarse algún tipo de estafa con la que engañarte. A lo largo de mi carrera, me he encontrado muchos de estos timos, que hoy en día se llaman finalmente “fakes”. Quiero hacerte una lista de los más habituales, para que no caigas en ellos. Te recomiendo que no te lo pierdas. En este artículo te voy a presentar y a desmontar los principales bulos sobre el tratamiento del Síndrome de Asperger, para que no caigas en ellos, o entiendas por qué no te han funcionado.
Listado de Contenidos
Bulos sobre tratamientos en el Síndrome de Asperger
Primero. Las dietas de exclusión de alimentos
No hay ninguna dieta, repito, ninguna, que haya demostrado la más mínima eficacia en la mejoría de los síntomas del Síndrome de Asperger. Si a esto le añadimos, las carencias nutricionales que pueden ocasionarse con estas dietas si no están seguidas por un verdadero experto en nutrición infantil es muy probable, que hagamos mucho más mal, que bien.
Segundo. Los tratamientos para eliminar metales pesados del cuerpo y depurar el hígado
Exactamente igual que en el Autismo. Voy a empezar insistiendo en que los metales pesados no son la causa del desarrollo del Síndrome de Asperger. Así que poco sentido tiene realizar cualquiera de estos tratamientos, supuestamente depuradores. Por otro lado, las cantidades que se pueden ingerir en la dieta hoy en día son mínimas y están perfectamente controladas. De verdad, no caigas en esto ni tires el dinero en pruebas y terapias estafa.
Tercero. El hipoclorito
Este bulo se puso de moda con el Autismo, luego ha habido quien ha querido venderlo también para el Síndrome de Asperger. No te creas ni una sola palabra de lo que dice el tal Pamies este, y toda su legión de acólitos. Con todas las letras, son una pandilla de estafadores.
Cuarto. La homeopatía y las Flores de Bach
No hay absolutamente ningún estudio científico en el mundo que haya encontrado mejoría en los síntomas de los chicos Síndrome de Asperger que toman homeopatía o flores de bach. No lo digo sólo por la teoría. Hace ya tiempo que estudié, analicé y experimenté con estas cosas sin la más mínima evidencia de resultados.
Quinto. La terapia visual comportamental
Esta es otra de las corrientes que más daño puede estar haciendo a las familias de niños con trastornos del desarrollo en la actualidad. Por imprudencia o incompetencia, dicen y hacen una serie de sin sentidos que no tienen ni pies ni cabeza. Empiezan con los reflejos primitivos, la insuficiencia de convergencia, la lateralidad cruzada… Y luego te venden una serie de ejercicios y de terapias que según ellos, te van a solucionar la vida.
En fin, la cuestión es que no es razonable hacer que la gente entre por este camino absurdo y que no va a solucionar nada salvo vaciar su cartera.
Sexto. La terapia de estimulación auditiva
Las más conocidas son el método Tomatis y el método SENA y van por la misma línea que los anteriores. Estos dos sistemas de estimulación auditiva pueden ser de utilidad para determinadas situaciones como retrasos del lenguaje, problemas auditivos, alteraciones de comprensión y algunos cuadros de retraso madurativo, pero solo para eso.
Séptimo: La osteopatía o terapia craneosacral
Este es otro mundo que está emergiendo con fuerza en los últimos años como la panacea para un millón de problemas, pero que realmente, es lo que es, una terapia puramente física.
Es otra terapia que puede ser efectiva en algunas situaciones, pero que se desprestigia cuando quiere usarse absurdamente como agua de mayo para todo, especialmente, cuando afecta a las esperanzas de unos padres preocupados.
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