¿Sabías que las pruebas de imagen cerebral tradicionales como el TAC o la resonancia magnética no detectan alteraciones en los niños con TDAH? Te preguntarás entonces qué pruebas detectan el TDAH.
Hoy en día contamos con varias opciones muy avanzadas y novedosas, cuyo uso se está desarrollando desde hace años en estudios de investigación y en diferentes situaciones. Estas pueden ser de utilidad para complementar las pruebas diagnósticas del TDAH.
En este post te voy a contar cuáles son las principales alteraciones cerebrales que se dan en el TDAH y por qué no sirve de mucho hacer un TAC o una resonancia. Además, comentar las opciones que tenemos dentro de las pruebas de neuroimagen para estudiar los casos de TDAH que tengan la necesidad por su especial complejidad.
Seguro que has visto más de una vez un edificio en construcción. Cuando ves el esqueleto, la estructura, por muy bien hecha que esté, sabes que eso no te garantiza que todo el trabajo de levantamiento de tabiques y colocación de instalaciones sea correcto.
¿Por qué te explico esto? Es fundamental que tengas claro que el TAC y la resonancia permiten ver el resultado de todo el proceso de construcción del cerebro, su estructura, pero no permite analizar el funcionamiento de las instalaciones.
Ese es el quid de la cuestión. Lo que falla en el TDAH es la comunicación de los neurotransmisores a través de esos sistemas instalados, con lo que es inútil buscar donde no está el problema.
¿Cómo funciona un cerebro con TDAH?
Las principales peculiaridades de un cerebro típico del TDAH son tres:
- Un volumen cerebral total por debajo de la media. Esto es a tener en cuenta porque cuando hablamos del cerebro, el tamaño importa. A más sustancia gris, más capacidad y mejor funcionamiento.
- Un volumen por debajo de la media de diferentes áreas del cerebro como el lóbulo frontal, los ganglios basales y el cerebelo entre otros. Estas áreas son las principales responsables del control de aspectos como la atención, los movimientos y los impulsos, los problemas específicos que nos encontramos en el TDAH.
- Una alteración del funcionamiento metabólico de estas mismas zonas. El aporte de sangre, de oxígeno y el consumo de glucosa están por debajo de lo normal en estas regiones y esto condiciona un funcionamiento deficiente
¿Por qué las pruebas como el TAC no nos sirven para el TDAH?
Los motivos por los que un TAC o una resonancia tradicional no sirven de nada para el diagnóstico del TDAH son dos:
- Aunque el volumen total medio del cerebro y el de determinadas áreas esté por debajo de la media, no contamos aún con bases de datos del suficiente tamaño y calidad como para poder realizar comparaciones de la resonancia de un chico con el patrón de referencia. Los resultados que demuestran estas diferencias se basan en estudios de investigación absolutamente controlados.
- Ni el TAC ni la resonancia tradicional permiten medir el metabolismos de las áreas cerebrales. Para ello es necesario usar técnicas de medicina nuclear que generalmente no están disponibles para estos casos.
Entre las diferentes opciones que la tecnología actual nos permite realizar, si me tuviera que decantar por una única opción, lo tengo claro, sería la resonancia magnética cerebral con protocolo DTI o tensor de difusión. Es la única que permite estudiar con detalles los circuitos y las fibras nerviosas que van de un punto a otro del cerebro, que al fin y al cabo es la unidad básica responsable del funcionamiento de cada uno de los procesos cognitivos.
Saber la localización, estructura o grosor de estos circuitos nos puede aportar datos definitivos para complementar un diagnóstico. Además, las imágenes que generan son increíblemente atractivas.
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