¿Crees que analizar la actividad eléctrica del cerebro de tu hijo puede ayudarnos a conseguir un diagnóstico de TDAH? La respuesta corta es que sí, pero para darte una respuesta fundamentada y que disipe las dudas, me va a costar unos cuantos párrafos. Quiero que tengas claro que la actividad eléctrica del cerebro nos ayuda a diagnosticar el TDAH.
Si este es un tema que te interesa, déjame que te ponga al día de todo lo que necesitas para no dar palos de ciego y contar con las mejores herramientas para un diagnóstico absolutamente fiable de TDAH. En este post contaré cuáles son las pruebas que, gracias al análisis de la actividad eléctrica del cerebro de tu hijo, pueden conseguir diagnosticar el TDAH. ¿No sabes nada sobre eso? ¿Te suena? Sea como sea, no te puedes perder lo que te voy a contar porque también te voy a explicar lo que no sirve para nada.
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Pruebas para el diagnóstico del TDAH
Primera prueba neurofisiológica. El electroencefalograma convencional
El electroencefalograma convencional es una prueba en la que se recoge la actividad eléctrica cerebral mediante una serie de electrodos colocados en la superficie de la cabeza. Generalmente en un gorro con unos pequeños agujeros donde se coloca un poco de gel conductor, como el de las ecografías más o menos, y el electrodo que recoge la electricidad.
Si bien esta es la prueba más útil para otros problemas como la epilepsia, no aporta información de interés para el estudio o el diagnóstico del TDAH. Hasta un 30% de las personas tenemos alteraciones leves e inespecíficas en el EEG, que no se asocian a ningún problema neurológico. Esta cifra es un poco más alta en las personas con TDAH pero no tiene ningún patrón específico o característico que nos pueda ser de ayuda para el diagnóstico. Así que como conclusión, no se piden electroencefalogramas de rutina en el TDAH.
Segunda prueba neurofisiológica. El electroencefalograma cuantificado
El electroencefalograma cuantificado, también conocido como qEEG es un tipo especial de electroencefalograma en el que en vez de medir la diferencia de voltaje o potencial entre dos zonas del cerebro, se miden los diferentes tipos de ondas que se encuentran presentes en cada región.
Su objetivo es múltiple pero además de ser de utilidad en el estudio de las epilepsia, es de gran utilidad en el análisis de los diferentes procesos cerebrales relacionados con la maduración y el desarrollo. Debido a ello, en combinación con el resto de herramientas disponibles, se considera un complemento válido para la evaluación diagnóstica del TDAH.
Tercera prueba neurofisiológica. Los potenciales evocados cognitivos. La Onda p300
Los potenciales evocados miden la respuesta de nuestro sistema nervioso a una serie de estímulos que provocamos nosotros mismos de forma voluntaria y controlada con la finalidad de comprobar su nivel de funcionamiento.
Los potenciales evocados cognitivos son de utilidad para analizar el funcionamiento de diferentes procesos mentales y entre ellos, la Onda p300 ha sido y es uno de los más relevantes a la hora de valorar aspectos relacionados con las funciones ejecutivas, principales afectadas en el TDAH. Debido a ello puede ser de utilidad tanto para complementar el diagnóstico como para monitorizar la evolución.
Cuarta prueba neurofisiológica. El cociente Teta-Beta
Entre los diferentes tipos de ondas de nuestro cerebro están las llamadas ondas theta y las beta. Después de muchos estudios, hace ya varios años se descubrió que el porcentaje de ondas theta y beta era diferente a la normal en los chicos con TDAH.
Estos presentan un mayor porcentaje de ondas lentas, las theta y este parámetro ha permitido desarrollar un sistema de evaluación complementaria para el diagnóstico del TDAH.
Como ves, hay muchas pruebas que muestran evidencias sobre la existencia del TDAH. Espero que hayas comprendido por qué la actividad eléctrica del cerebro nos ayuda a diagnosticar el TDAH. Te dejo un vídeo complementario a esta información.
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