¿Tu TDAH afecta a tus relaciones sociales? Es hora de que entiendas por qué y cómo mejorarlas.
En este post, te voy a explicar negro sobre blanco por qué tienen problemas en las relaciones sociales las personas con TDAH y los 4 mejores consejos que necesitas para mejorarlos.
Listado de Contenidos
Motivo 1. Los cerebros de una persona con TDAH y otra sin TDAH son diferentes y funcionan de forma diferente
Los estudios dejan más que claro que hay áreas del cerebro de las personas con TDAH que presentan un tamaño diferente, una estructura diferente y una actividad funcional diferente.
Esas zonas son, fundamentalmente, el lóbulo frontal, los ganglios basales y el cerebelo. Se podría afinar mucho más, pero nos vamos a quedar con eso.
Hay una alteración de la regulación de los neurotransmisores: dopamina y noradrenalina que afecta a los procesos de la regulación de la función ejecutiva, o lo que es lo mismo, al autocontrol. Esto distorsiona el control de la atención, de los movimientos, de los impulsos y de las emociones.
Motivo 2. La manera de interpretar las caras, los gestos, y las palabras de los demás, no es la “estándar” en las personas con TDAH.
Más allá de los datos puramente biológicos que nos encontramos a la hora de analizar el organismo de las personas con TDAH, los parámetros conductuales también afectan. Casi que podríamos decir que son los que marcan el pronóstico de cada caso.
Vamos a ver, si como muestran los estudios, las personas con TDAH tienen problemas para reconocer, entre otros aspectos, las expresiones faciales de los demás, difícil será que puedan interpretar las señales, tanto verbales como no verbales, que se cruzan a lo largo de una conversación.
¿Resultado? Malos entendidos, falta de comprensión, interpretación equivocada de lo que se dice…
Vamos, el caldo de cultivo perfecto para los conflictos interpersonales, tanto individuales, como grupales. Acoso escolar, aislamiento social…
Consejo 1. Entiende el TDAH
Si te informas y formas del modo adecuado sobre el TDAH, tendrás en tu mano la mejor arma para empezar a solucionar tus dificultades, de lo contrario, estás a ciegas en una habitación oscura.
Consejo 2. Entiéndete a ti mismo
Además de entender el TDAH, necesitas entenderte a ti mismo.
Las experiencias personales de cada uno pueden ser muy diferentes. Como dicen de otras cosas por ahí, las experiencias son personales e intransferibles.
Dos personas con TDAH no tienen por qué parecerse en nada, ni estar en el mismo punto vital. En cambio, otras dos pueden parecer almas gemelas.
Reflexiona, mírate por dentro, conócete y sé consciente de ti mismo.
Consejo 3. Aprender a entender a los demás
Si no haces lo que te he explicado en el consejo previo, no vas a poder seguir por el camino que necesitas.
¿Recuerdas a Dorothy y el camino de baldosas amarillas del mago de oz?
El camino está marcado, pero tienes que seguirlo y nadie dijo que fuera fácil. Este punto, puede que sea uno de los más complejos.
¿Sabes cómo te recomiendo que lo abordes? Con humildad, y con preguntas tontas.
Sí, estas típicas de ¿Qué estás queriendo decir con eso? Hay en mi vida una persona cercana, a la que quiero con locura que tiene TDAH. Podrán ser ya más de mil veces las que le he repetido una frase. Esta:
«Mira, si hablando contigo alguna vez tienes la sensación o entiendes que te he dicho algo malo, negativo, despectivo, desagradable, con mala intención o cosas de este tipo, sabiendo quien soy, lo que te quiero y lo que ya llevamos juntos, es más que probable que o estés interpretando mal. Vamos, también puedo haberme equivocado y haber metido la pata, pero creo que, al menos, me merezco el derecho a la duda, así que, por lo menos, pregúntame si eso que has entendido, es lo que yo he querido decir o transmitir».
Consejo 4. Hazte entender
Lo que enlaza con lo anterior.
Es fundamental ser capaz de expresar tus sensaciones y sentimientos respecto a cualquier situación que se esté produciendo. Antes de actuar sobre la política de hechos consumados y que, de un malentendido o cualquier otra situación, las cosas se acaben complicando.
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