¿Tu hijo tiene tics? Te cuento lo que son, por qué aparecen y qué hacer con los tics nerviosos de los niños
El trastorno por tics es muy común en niños y jóvenes y aproximadamente un 25 % de la población los padece en algún momento de su infancia. Manias, como eran conocidos hasta hace poco, que en la mayor parte de los casos remiten y desaparecen espontáneamente, pero que a veces necesitan ser tratadas adecuadamente. Los tics en niños pueden ser indicativos de otros trastornos y pueden causar problemas de tipo social
En esta guía te vamos a ayudar a reconocer los diferentes tipos de tics que puedes observar en tu hijo, así como las causas y las consecuencias que su aparición pueden suponer para el pequeño.
Listado de Contenidos
¿Qué son los tics nerviosos?
Los tics son movimientos de diferentes músculos del cuerpo que se producen de forma involuntaria y repetitiva. Aparecen como respuesta a una situación externa estresante para el niño y se pueden convertir en hábitos.
Los tics en niños desaparecen con el sueño y durante un corto espacio de tiempo con la fuerza de la voluntad. También pueden desaparecer o producirse con menos frecuencia cuando el niño está muy concentrado en una actividad. Si, por el contrario, se encuentra nervioso, cansado o frustrado los tics se repetirán con mayor intensidad.
[ctt template=»4″ link=»Apuo8″ via=»yes» ]Observa a tu hijo para comprobar si los movimientos faciales son tics nerviosos.[/ctt]
Tipos de tics nerviosos
Podemos agruparlos en cuatro tipos:
Tics motores simples
Afectan sobre todo a la cara y a la parte superior del cuerpo. Verás cómo hace guiños continuamente, frunce el ceño, chasquea la lengua, gira el cuello o eleva los hombros. Estos son los más habituales.
Tics motores complejos
Afectan a más de un grupo muscular y, con el movimiento, el niño pretende realizar una acción concreta: lanzamiento imaginario de algo, giro sobre sí mismo, golpeo de una superficie. Son menos frecuentes que los anteriores.
Tics vocales simples
Son determinados sonidos que se producen de forma repetida: gemidos, toses, resoplidos, diferentes ruidos nasales, gruñidos, carraspeos.
Tics vocales complejos
Los tics vocales complejos se caracterizan por la repetición continua de palabras completas, no solo sonidos. Observarás que repite la última palabra escuchada o la última palabra pronunciada por él mismo, acciones que producen crispación en los adultos. También existe una variación en la que el niño repite palabras malsonantes e insultos, que pueden ofender al interlocutor. Este tipo de tics se asocia con el síndrome de Tourette.
Causas que originan los tics
Las causas que dan lugar a los tics son muy variadas aunque, en algunos casos, los tics son idiopáticos, es decir, las causas son desconocidas.
Causas genéticas y metabólicas
Diferentes estudios han concluido que existe una predisposición genética al trastorno, así es que puedes preguntar en tu familia para saber si alguien los ha sufrido en su infancia.
Además del componente genético, se ha determinado la alteración en el funcionamiento de algunas estructuras cerebrales, concretamente los ganglios basales y de determinados neurotrasmisores como la dopamina.
Causas psicológicas
La baja autoestima, la timidez, una educación excesivamente restrictiva y la falta de confianza en sí mismo pueden provocar en tu hijo una situación de estrés que derive en la contracción involuntaria de los músculos de la cara y en los tics.
Causas sociales
El consumo de tabaco, drogas y otras sustancias en los adolescentes puede desencadenar la reacción inicial, que se verá agravada por estrés general, problemas de pareja y familiares, trastornos alimenticios y otras situaciones no deseadas. También el uso abusivo de café, medicamentos y bebidas estimulantes pueden dar lugar a tics de diferente índole.
Para poder ayudar correctamente a tu hijo es fundamental que un profesional evalúe los síntomas y haga un diagnóstico completo del estado del niño. De esta forma podremos iniciar un tratamiento, ya sea farmacológico o terapéutico, para resolver el problema.
Consecuencias para el niño que los padece
[ctt template=»4″ link=»Uj7bn» via=»yes» ]Los tics faciales pueden provocar dolor de cabeza.[/ctt]
El trastorno por tic nervioso no es una enfermedad y, dependiendo del tipo y de la complejidad, pueden pasar desapercibidos para vosotros, al menos en sus inicios. El problema se acentúa cuando interfiere en su vida cotidiana de forma negativa y afecta a sus relaciones sociales. Puede tener diferentes consecuencias negativas sobre el niño:
- Efecto negativo sobre su autoestima y autoimagen.
- Miedo a las relaciones con sus compañeros por temor a las burlas y aislamiento social.
- Falta de atención en su vida cotidiana, ya que la dedica a suprimir el tic.
- Fatiga y cansancio habitual, producido por la falta de concentración.
- Dolor de cabeza y muscular, especialmente si el tic se produce con contracciones de los músculos faciales.
- Bajo rendimiento escolar.
Cómo se diagnostica el trastorno
Para hacer el diagnóstico los especialistas consideran tres niveles:
Trastorno de Tourette
En este caso los niños presentan tics motores y vocales al mismo tiempo, con síntomas que se alargan más de un año.
Trastorno de tic crónico (motor o vocal)
Los niños presentan tics motores o vocales, pero nunca los dos tipos al mismo tiempo. Los padecen por tiempo superior a un año.
Trastorno de tic transitorio
Pueden presentarse tics vocales o motores o ambos al mismo tiempo. Los síntomas duran menos de 1 año.
Tratamientos recomendados
[ctt template=»4″ link=»58an3″ via=»yes» ]Si los tics en tu hijo no desaparecen, debes acudir a un especialista[/ctt]
Una vez diagnosticado en tu hijo el trastorno debéis valorar si es adecuado poner un tratamiento o no, ya que hay algunos tics que se resuelven de forma espontánea. Seréis los padres junto con el pediatra y el neurólogo infantil los encargados de decidir cuál es la mejor forma de actuar.
Los tratamientos pueden ser farmacológicos, terapéuticos y con estimulación cerebral.
Tratamientos farmacológicos
Se pueden utilizar como apoyo a la terapia o viceversa o administrarlos como único tratamiento. Son soluciones sintomáticas, ya que reducen la frecuencia pero no atajan el trastorno. Se utilizan medicamentos anticonvulsivos, relajantes musculares, fármacos que inciden sobre la liberación de dopamina y antidepresivos.
Tratamientos terapéuticos
Terapia cognitivo-conductual para acostumbrar al niño al impulso previo del tic y enseñarle a prevenirlo.
Terapia de reversión de los hábitos. Con movimientos contrapuestos al del tic para que este no se pueda desarrollar.
Tratamiento con estimulación cerebral
Solamente en los casos de una pérdida sustancial de calidad de vida como consecuencia del trastorno y cuando los tratamientos anteriores no han dado resultados.
Si observas un tic en tu hijo acude a su pediatra para que realice una evaluación médica y valore la necesidad de visitar al neurólogo infantil. Entre todos ayudaréis al pequeño a superar los tics con el tratamiento más adecuado.
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