¿Los problemas de sueño de tu hijo te traen de cabeza? Seguro que te sientes identificado con alguna de estas situaciones. Ojo, que son diez:
- Cuando más tarde se hace, más nervioso se pone.
- No quiere ir a la cama.
- Cuando llega la hora de dormir hace todo lo posible por evitarlo.
- Se mete en la cama pero no hay forma de que se duerma.
- Se queda dormido con el móvil o la tablet.
- Se duerme rápido pero se despierta muchas veces.
- No para de moverse en toda la noche.
- En cuando se despierta, viene a nuestra cama.
- Se despierta super temprano todos los días, incluso los fines de semana.
- Por la mañana no hay Dios que lo saque de la cama.
Pues si estás dentro de alguna de estas situaciones, este artículo, y todos los que vienen detrás en la serie sobre el sueño y sus trastornos, te van a casi a arreglar la vida, así que no te pierdas ninguna de ellos.
En este post de la serie dedicada al sueño y sus trastornos, te voy a explicar los 10 aspectos más importantes que los padres deben conocer sobre el sueño, propio de sus hijos, para saber las opciones que tienes de empezar a dormir más y mejor.
Listado de Contenidos
Las 10 claves sobre sueño infantil
PRIMERO: El sueño es imprescindible
The National Heart, Lung, and Blood Institute de Estados Unidos dice literalmente que “El sueño tiene un rol fundamental en la buena salud y el bienestar a lo largo de la vida”.
De hecho, afirma que “la forma en que nos sentimos mientras estamos despiertos depende, en parte, de lo que ocurre mientras dormimos. Durante el sueño, el cuerpo trabaja para apoyar una función cerebral saludable y mantener la salud física”.
Moraleja: No veas el sueño como una pérdida de tiempo, ¡El sueño te da vida!
SEGUNDO: El sueño perdido no se recupera
Sí, ya sé que puede sonar un poco extraño, pero es así. Si dejas de dormir hoy, por mucho que mañana duermas más de lo que tenías previsto, la realidad es que no se considera una compensación. ¿Por qué? Porque siempre podrías haber dormido más hoy y además, dormir más mañana.
Esto parece un juego de palabras, pero no lo es. Los estudios científicos muestran que tras 7 días de recuperación de sueño posterior a 10 días de restricción parcial de sueño, se recupera del todo únicamente la velocidad de reacción frente a un estímulo. Los aspectos comportamentales, locomotores y otros aspectos neuropsicológicos no volvían completamente a la normalidad.
TERCERO: En el sueño es tan importante la cantidad, como la calidad
Recuerda esta frase. Grábatela a fuego. No me vale que me digas que duermes pocas horas pero son muy buenas. La calidad es imprescindible, pero una cantidad mínima de horas de sueño también.
Me da igual cómo te las apañes, pero tu hijo y tú necesitáis dormir de la forma adecuada y durante el tiempo adecuado para poder mantener un nivel adecuado de desempeño a lo largo del día en el corto plazo, y mucho más importante aún, una buena salud, tanto física como mental, a largo plazo.
CUARTO: El patrón y la duración del sueño cambia con la edad
Sí. Seguro que si tienes un hijo de menos de un año tendrás claro que básicamente, se pasa todo el día alternando entre comer y dormir. No digo que también haciendo pis y caca porque para eso no necesita ni estar despierto. Vamos, que un recién nacido y hasta unos cuantos meses, se pasa durmiendo la mayor parte del día
Conforme va pasando el tiempo, el patrón de sueño cambia. Los periodos de vigilia, de estar despierto, se hacen más frecuentes y más largos. A partir de los 6 meses empiezan a desarrollar la capacidad de diferenciar el día y la noche, y por lo tanto, se empiezan a desarrollar los ritmos circadianos.
Después de los 3 o 4 años, es habitual que desaparezcan las siestas, mientras aumentan las horas de sueño nocturno. Lo que nadie dice, es que esas horas sean continuadas o tranquilas. Hay casos, como el de mi hijo Mateo, que mantiene despertares.
¿Qué como se sabe cuánto tiempo de sueño es el normal en cada edad?
Fácil. Para eso, como para cualquier medida en pediatría, están los percentiles. Sí, no valen solo para el peso o la altura. Hay percentiles para todo. Para la tensión arterial, la frecuencia cardiaca, y por supuesto, para el sueño.
QUINTO: No todas las personas necesitan el mismo sueño para conseguir los objetivos esperados
¿No conoces a ese típico amigo o compañero de trabajo que después de salir de fiesta y dormir pocas horas llega al día siguiente como una rosa? Yo tengo un compañero, mi reumatólogo, que no necesita más de cuatro o cinco horas de sueño para alcanzar sus objetivos fisiológicos, así que te puedo garantizar que la vida, le cunde tela.
SEXTO: Que tu hijo duerma contigo no es pecado
No. Lo reconozco, yo lo hacía de pequeño. Y no de tan pequeño. Vamos, que incluso con doce años había días en los que yo dormía con mi madre, que en gloria esté. A los dos nos gustaba. Y ya con esa edad no dormía mi padre con nosotros porque no cabíamos, pero antes, estuvimos mucho tiempo.
Y déjame que te cuente un secreto. No tengo ninguna tara física, mental ni emocional por ello. Tanto es así, que como mi hijo Mateo, que ya lo he nombrado antes, también duerme ahora con nosotros parte de la noche cuando se despierta. Oye, y todos tan felices.
SÉPTIMO: Los sueños tienen su explicación y su utilidad
Ojo. Esto no es un taller de interpretación de sueños. Lo que digo es que no son más que una parte fisiológica de los procesos del sueño. De todo lo que ocurren en nuestro cerebro, sistema nervioso y organismo, durante el tiempo que pasamos dormidos.
Sigmund Freud sostenía que los sueños existen para satisfacer los deseos que cada persona tiene, o que pueden ser también un reflejo fiel y simbólico que se adueña de la mente, de los sueños y anhelos del ser humano.
Yo, sinceramente, creo que Freud tenía varios traumas y algún que otro perdigonazo dado, pero vamos, no es más que una humilde opinión.
OCTAVO: Es fundamental conocer las características de tu sueño y el de tu hijo
Sí. Y esto no significa que tengas que grabarte en video por la noche para analizarlo, aunque no es ninguna tontería. Significa que ya que has estado observando el proceso que sigue tu hijo desde que llega el momento de ir a dormir, hasta que se duerme, y en muchas ocasiones, sabes perfectamente cómo pasa la noche, puedes aprovechar toda esa información para tratar de optimizar la situación.
Me refiero a hábitos previos, patrones diarios, y aspectos de ese tipo.
NOVENO: Los dispositivos de análisis del sueño tienen su utilidad, pero no van a misa
Hay relojes que analizan parámetros fisiológicos como la frecuencia cardíaca, el oxígeno en la sangre, y muchas cosas más. No solo eso. También hay anillos de 3 gramos que hacen eso y mucho más.
La cuestión es ¿Son fiables? Pues sí y no. Pueden ser útiles si los usas adecuadamente y tienes unos conocimientos mínimos sobre fisiología del cuerpo humano. De lo contrario, se puede dar una situación tan absurda como la de un informe de urgencias que aparece de vez en cuando en instagram en el que aparece como motivo de consulta, “El reloj inteligente dice que la frecuencia cardiaca es cero”. La valoración que yo haría en ese caso es que ni el reloj, ni el dueño, son inteligentes.
DÉCIMO: Si sospechas o tienes claro que tu hijo o tu tenéis un trastorno del sueño, ya vas tarde para consultar
La Sociedad Española de Neurología estima que entre un 20 y un 48% de la población adulta sufre en algún momento dificultad para iniciar o mantener el sueño y que en al menos un 10% de los casos es debido a algún trastorno de sueño crónico y grave. En niños, la cifra no está muy lejos y ronda el 30-35%. Es más frecuente es el insomnio, con todas sus modalidades
Ojo, ¡No dormir, mata!
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