Si tu hijo hace movimientos raros y no tienes claro si se tratan de tics, estereotipias, manierismos, manías o cualquier otro tipo de trastorno del movimiento, te he explicado en otros artículos todas las características de los tics. En este, te voy a explicar las vías principales para conseguir un diagnóstico definitivo.
En este artículo te quiero aclarar los pasos que se deben seguir a la hora de evaluar y diagnosticar un caso de tics.
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El diagnóstico de tics
Uno de los aspectos fundamentales en la evaluación de los trastornos del movimiento en Pediatría y en especial en los tics, es la consideración de la importancia de los factores relacionados con la entrevista y la exploración.
Es decir, el diagnóstico de los tics es eminentemente clínico, y está fundamentado en la observación de los movimientos en el paciente, ya sea de forma directa o a través de algún tipo de grabación de los episodios.
¿Significa esto que nunca nunca es necesaria la realización de ninguna prueba complementaria? Negativo.
Hay situaciones claramente definidas en las que la realización de pruebas neurológicas puede resultar mucho más que recomendable, por no decir imprescindibles. Veamos los casos:
Dudas en el diagnóstico a la hora de diferenciarlo de otros trastornos del movimiento u otros cuadros neurológicos
Este puede ser el caso de algunas situaciones como las mioclonías benignas, algunos tipos de epilepsia, estereotipias de características atípicas y otras muchas variedad de patologías.
Edad de aparición fuera del rango habitual
Cuando te encuentras tics que cumplen claramente los criterios que los definen como trastornos del movimiento, pero aparecen en una edad poco habitual. Como puede ser en la primera infancia, antes de los 6 años, o de forma tardía en la adolescencia, debemos plantearnos un origen diferente al habitual, ya se trate de alguna lesión cerebral congénita, alguna alteración metabólica, lesiones cerebrales secundarias a infecciones, o incluso, secuelas derivadas del consumo de sustancias.
Aparición de síntomas acompañantes
Además de los tics encontramos otra serie de síntomas, ya sean de origen neurológico, o de otro tipo y debemos plantearnos, como en la ocasión anterior, la posibilidad de un origen diferente al habitual.
Algunas posibles situaciones pueden ser intoxicaciones, ictus, lesiones vasculares o incluso algunos tipos raros de epilepsia.
¿A que al final estás de acuerdo conmigo en que esto de diagnosticar unos tics, no es tan fácil como la gente se puede imaginar?
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