Para un adulto con TDAH mantenerse enfocado y no perder el norte, puede convertirse en algo prácticamente imposible.
¿Cuántas veces, te has sentido desubicado o fuera de lugar?
Estás en una reunión en un grupo social, en el trabajo o donde sea, y de repente te empiezas a sentir mal, te agobias, necesitas salir de esa situación… Si no lo consigues, te encuentras cada vez peor, la cabeza parece que se saturab y al final no sabes ni de lo que va la historia. Seguro que te suena…
La gente de tu alrededor también se da cuenta de que algo te pasa. No sabe el qué, pero es consciente de que algo te está pasando. El problema es que normalmente lo que piensa la gente de tu alrededor, no suele ser muy constructivo. Ya sabes, como de destructivos y criticones cuando queremos.
Llega el momento de recuperar tu imagen y posicionamiento social para presentarte como un nuevo yo, renovado, sereno, consistente y con seguridad.
En este post te explico sencilla, pero detalladamente, la estrategia definitiva para no perder el norte nunca más.
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10 puntos claves para TDAH en adultos
La estrategia definitiva para no perder el norte nunca más se basa en algo aparentemente muy senciillo.
Igual que los diez mandamientos, se podrían resumir en dos:
- Primero, marcar tu objetivo
- Segundo, trazar el camino hasta él y recorrerlo
Ahora bien, para explicártelo en condiciones, mejor te lo desarrollo un poco. Por cierto, esta estrategia, a mí, me ha cambiado la forma de ver la vida. Espero que a ti, también te ayude.
Primero. Expresa tu deseo vital
Esto lo vamos a hacer rápido pero te recomiendo que copies estos pasos en un papel y le dediques no menos de 1 hora por cada uno. Puede que te parezca mucho, pero si quieres, de verdad, cambiar tu vida, ¿Son mucho 10 horas? ¿Es mucho 1 hora al día 10 días?
Te voy a ayudar con mi ejemplo personal: Yo he hecho este ejercicio varias veces. Las primeras, con un resultado aceptable, que a la postre, he tenido que modificar.
¿Mi deseo actual? Vivir tranquilo. Sí, así de sencillo, así de utópico, así de difícil. Ahora toca la parte casi que más complicada. ¿Qué significa para mí vivir tranquilo?
Eso te lo cuento ahora, porque a este deseo hay que asignarle un valor económico muy específico y muy concreto.
Segundo. Define tu objetivo global (Marca los beneficios)
Para mí vivir tranquilo, se traduce en tener los recursos económicos suficientes para cubrir sin problemas las necesidades a corto y medio plazo de mi familia, así como para cubrir nuestra jubilación sin depender de la pensión del sistema público.
No sé si tu has hecho esta cuenta en algún momento, pero yo después de establecer mi deseo, fue lo primero que hice. No te voy a dar mis detalles personales pero cada uno, puede calcularlo.
Además, es importante tener claro cuáles son los beneficios de conseguir ese objetivo. Así te autopotencias y automotivas para sobreponerse a las dificultades que te puedas encontrar para alcanzarlo.
Tercero. Establece las metas necesarias
Cuando ya tienes ese objetivo definido, toca pensar cómo alcanzarlo. Yo, para alcanzar mi objetivo he establecido una serie de metas intermedias en mi actividad profesional. No es nada fácil porque hay que tener infinidad de variables en cuenta:
- Por un lado, las horas que necesito trabajar cada mes. Podría trabajar más, pero ganar más también tendría sus desventajas, por ejemplo, la dedicación a la familia
- El precio que debe tener mi hora de trabajo
- El equipo que necesito en mi centro para complementarse
- Los gastos o inversiones que hago/puedo hacer en cada momento
Cuarto. Clasifica las metas por orden de prioridad
Una vez bien definidas las metas que me permitirán alcanzar mi objetivo, necesito priorizarlas por orden de interés.
A lo mejor la primera meta es la más importante, o no. A lo mejor hay metas que se pueden ir trabajando a la vez, o no… Hay que ir adaptándose a lo que te pide el mapa de ruta que estás creando de forma interactiva.
Quinto. Define los beneficios de cada meta
Igual que con el objetivo global, es conveniente definir los beneficios de cada meta para tener claro por qué estás trabajando en ella y por qué merece la pena.
Sexto. Para cada meta, traza un plan específico
Ten en cuenta que vas a tener que dedicarle tiempo y esforzarte para conseguir cada meta. Cada meta va a requerir un plan específico y cada plan se compone de una lista de tareas.
No va a ser fácil siempre, a lo mejor nunca. Yo llevo años con esto y aún sigo en proceso. Necesitas motivación y el apoyo de las pequeñas batallas ganadas o los pequeños pasos dados para poder ver el avance y empoderarte.
Séptimo. Lista las tareas que componen el plan
La lista de tareas son los pequeños pasos que necesitas dar, que son necesarios e imprescindibles para que tu plan vaya a buen puerto.
Si yo necesito 6 psicólogos en mi equipo, tengo que tener un plan para incorporar nuevos profesionales. Ese plan debe tener una serie de tareas muy concretas que me permitan conseguir un psicólogo del perfil que necesito, y que encaje como anillo al dedo en mi método y en el equipo actual.
En fin, hay que darle una vuelta a cada plan y mi último mentor siempre me recomienda hacer el ejercicio de empezar por el final. Es un poco trabajoso, pero funciona. Cuando tenga tiempo, te lo cuento en un vídeo.
Octavo. Analiza los obstáculos que te vas a encontrar
No seas inocente. Si crees que vas a planificar todo esto y no te vas a encontrar ningún problema, es que no vives en este mundo.
La realidad es que la mayoría de los problemas son previsibles, o al menos se puede sospechar. Aunque no puedas hacerlo con todos, si eres capaz de prever el 70%, habrás dado un paso de gigante para conseguir el éxito que buscabas con tu plan .
¿Por qué? Porque si tienes claros los obstáculos, también podrás empezar a planificar las soluciones.
Noveno. Planifica las soluciones
Coge tu lista de obstáculos y ve preparando la solución o soluciones que puedes dar a cada uno de ellos. Algunas pueden ser muy lógicas y sencillas. Otras pueden requerir meses o años de investigación. Está en tus manos decidir el nivel de seguridad al inicio de tu plan.
Décimo. Coloca las tareas en tu calendario por orden de prioridad
Sí, ahora solo te queda coger cada una de esas tareas, ya sea de un plan, o de las soluciones a los obstáculos, y colocarlas de forma priorizada en tu calendario. Es decir, asignarles un espacio en tu día a día, y cumplirlo.
Si lo haces, de verdad estarás dando pasos adelante para retomar el control de tu vida.
De lo contrario, puedes estar dando vueltas en círculo o bandazos en el camino, pero nada te garantiza estar avanzando en la dirección correcta.
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