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Los tics y el síndrome de Tourette pueden ser muy agobiantes para los padres y para tu hijo ¿Sabes lo que hacer? te lo cuento
El sindrome de Tourette, también conocido como trastorno o síndrome de Gilles de la Tourette, no es una condición. Seguramente has llegado a este artículo porque médicamente has oído de este estado neuroconductual. Sus características, desde el punto de vista social, suelen ser muy llamativas y, ante el desconocimiento, puede ser complicado entender todos los aspectos que envuelven a las personas que deben lidiar con él.
A veces, es complicado comprender cómo actúan neurológicamente algunos tics. En este trastorno explicaremos sus causas, así como que se puede encontrar la mejora de ciertos síntomas durante la adultez.
[ctt template=»4″ link=»aaE0x» via=»yes» ]¿Qué sabes acerca del síndrome de Tourette? Te explicamos su causas y síntomas[/ctt]
Qué es el trastorno de Tourette
Es un síndrome que afecta neurológicamente a la conducta y al movimiento. Los tics son los más comunes en este trastorno, reconociéndose como tales vocalizaciones producidas de manera involuntaria, así como movimientos que a veces les acompañan.
Estos tics pueden aparecer en cualquier momento de la vida, aunque son más visibles entre los 2 y 18 años. Es complicado por los neurólogos establecer la aparición de los mismos, creyéndose que pueden ser debidos a un desorden que le cuesta establecer los límites entre la conducta externa y el pensamiento del individuo.
Como todo síndrome que puedes observar, en cada paciente con Tourette hay una reacción diferente, pudiendo ser más severo de una a otra persona. Estudios científicos establecen que no existe un empeoramiento en el transcurrir de los años, aunque parece acentuarse de forma severa durante el periodo comprendido entre el final de la infancia hasta los últimos momentos de la adolescencia.
Causas del trastorno de Tourette en niños
Durante la niñez se hacen más evidente los síntomas de este trastorno. El mismo, al considerarse un síndrome, no puede escapar a la predisposición genética, siendo la herencia de padres a hijos el motivo principal de su afectación.
En este sentido, debes saber que no es una enfermedad que se pueda curar con medicamentos, aunque existe la posibilidad de una mejora conforme se van cumpliendo años hasta llegar a la edad adulta.
No por el hecho de hablar de herencia significa que se vayan a dar todas las características del trastorno que posee el progenitor. El código genético no siempre afecta a todos por igual, con lo que no siempre han de presentar los descendientes ciertos tics de sus padres, o viceversa.
Generalmente, los niños son más proclives a heredar este trastorno, del que también hay un menor porcentaje de niñas. En ocasiones, este trastorno suele estar acompañado por otros problemas como el TDAH (trastorno de atención con hiperactividad), el trastorno obsesivo-compulsivo, ansiedad o depresión.
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Síntomas
Los tics pueden ser transitorios o crónicos. En algunos casos, pueden conllevar una incapacidad para quien los sufre. Al ser productos de una base genética, es complicado determinar la aparición de los mismos, algunos de los cuales, como los transitorios, aparecen en la infancia y pueden durar un tiempo limitado.
Parece muy común que Tourette aparezca acompañado por el trastorno obsesivo-compulsivo. Esto hace referencia a ciertos rituales que puede hacer una persona de manera involuntaria, al punto de producirle frustración y angustia. De esta forma, pueden darse movimientos y/o pensamientos repetitivos que interfieren en la tranquilidad del individuo.
Las necesidades por la perfección al momento de realizar una tarea diaria se convierte en una compulsión de la que difícilmente puede escapar el paciente. Estas actitudes repetitivas pueden conllevar a la depresión, dada la esclavitud que siente el afectado frente a sus propias inquietudes de las que no sabe deshacerse. En este caso, parece que las compulsiones aparecen con más frecuencia en el sexo femenino que en el masculino.
Entre los síntomas más complicados de entender por la sociedad está la coprolalia. Esta se exterioriza en forma de insultos u obscenidades que, de manera involuntaria, aparecen como tics en la persona con el trastorno de Tourette. Es importante comprender que dichas frases o palabras expresadas por el paciente durante los tics no corresponden con su pensamiento u opinión.
Quien sufre la coprolalia suele expresar una evidente angustia, al no poder evitar este tic que brota de manera involuntaria, expresando vocablos no consentidos por el paciente. Por suerte, y quizás has tenido la oportunidad de verlo, cada vez más se trasmiten reportajes por televisión que hablan de este problema, con el fin de hacer comprender a la sociedad el trauma que representa esto a quien lo padece.
Evolución y consecuencias
A pesar de que existe un porcentaje de personas que mantienen ciertos tics durante toda su vida, de manera crónica, la mayoría de los pacientes logran sobrellevar sus síntomas, mostrando una mejoría de los mismos durante la etapa adulta.
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Los cambios bruscos en el estado de ánimo suelen provocar una alteración de los tics, consiguiendo un aumento en los mismos. Quizás por eso, y dado el cambio hormonal que sucede desde el final de la niñez y durante toda la adolescencia, sean más evidentes los síntomas en estos periodos de la vida del paciente.
Son menores los casos en los que los tics suelen ser producto de una discapacidad. Por suerte, podemos hablar de un problema que no afecta a la vida de quien tiene este trastorno. Además, se presenta una evidente mejoría en la edad adulta.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico del síndrome de Tourette se hace más sencillo médicamente tras la aparición de los primeros tics. Aunque en muchos casos, cuando ya se ha diagnosticado previamente a los antecesores, es más sencillo aún asociarlo a hijos.
El especialista puede apoyarse en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), con el cual identifican la duración y los tipos de tics típicos del trastorno de Tourette.
¿Existe tratamiento para el síndrome de Tourette?
Como te adelantamos en un principio, no existe una cura, pero se pueden tratar ciertos síntomas, con el fin de facilitar el día a día del paciente. La terapia conductual permite controlar la severidad de algunos tics corporales, que pueden incluso provocar dolor muscular.
No podemos hablar del uso de un medicamento específico, ya que cada persona con Tourette presenta síntomas diferentes. Estos deben ser introducidos por un especialista, en función de los problemas derivados de este trastorno que pueda presentar el afectado.
Como has podido ver, el síndrome de Tourette no es una enfermedad que pueda curarse, pero sí suele presentar una mejoría que evoluciona con la edad.
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