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¿Sabes que los padres son los últimos en enterarse de que su hijo sufre acoso escolar? Hay que conocer los signos de alerta para detectarlo a tiempo
Hoy hablamos de un tema muy importante y que desgraciadamente hemos de trabajar en nuestra sociedad, el acoso escolar.
La concienciación sobre el acoso escolar es aún muy necesaria en nuestro país y hace que necesitemos difundir más sobre ella. Hay que estar atentos y como adultos, evitar las situaciones que puedan darse.
En este aspecto, no hemos realizado un buen trabajo como adultos. Aún vivimos muchos casos de acoso escolar y, en algunas ocasiones, las consecuencias son fatales. Es importante que tanto el centro educativo como la familia estén concienciados y sepan cómo actuar frente a estos casos para prevenir o actuar a tiempo.
Al final del artículo sabrás qué es el acoso escolar y el ciberacoso, comprenderás cómo funciona la figura del agresor y de la víctima, las consecuencias del acoso escolar, algunas estrategias de prevención y consejos que creemos que son importantes para las familias.
Acoso escolar y ciber acoso
- Cuando hablamos de acoso escolar o bullying hablamos de un tipo de conducta agresiva que se da de forma intencionada y repetidamente entre los alumnos de un centro.
- Con la llegada de las nuevas tecnologías, estas formas de acoso también pasaron a las mismas, dándose situaciones igual de agresivas online.
- En ambos casos hay una víctima, un agresor y testigos de esas conductas de acoso.
- Un 6% de los alumnos españoles reconocen sufrir acoso, aunque son muchos los casos en los que aún no se atreven a hablar del tema.
- La violencia ejercida no tiene por qué ser físicas: amenazas, insultos, chantajes, grabación de vídeos o fotos también forman parte de las acciones del agresor.
Agresores, víctimas y testigos
Como decíamos anteriormente, cuando se da acoso escolar solemos encontrarnos con agresores, víctimas y testigos de la situación.
- El agresor pretende imponer su poder sobre el otro hasta tenerlo dominado.
- Hay un desequilibrio de poder entre agresor y víctima, aunque éste sea solo percibido por la víctima y no sea “real”. Sentimos que la otra persona es más popular, tiene más amigos, es más fuerte… El agresor aprovecha siempre ese desequilibrio.
- Los testigos suelen presenciar las agresiones, reírse y participar en ellas en algún momento dando, volviéndose agresores. Además, al no hacer nada, suelen legitimar lo que el agresor hace, por lo que la víctima acaba encontrándose sola.
- Las conductas que tiene el agresor pueden ir orientadas a la violencia física, produciendo daños tanto a la víctima como a sus cosas; verbales, que acaban dañando la autoestima de la víctima; psicológicas, con amenazas, chantajes o vejaciones y de aislamiento social, ocupándose de que cada vez la persona esté más aislada del resto, haciendo que le sea más difícil pedir ayuda.
Consecuencias del acoso escolar
Aunque las consecuencias del acoso escolar son extensas, también son diferentes en cada persona. Las más habituales son:
- Pérdida de la autoestima y sentimientos de culpabilidad debido a las actuaciones del agresor.
- Exclusión del grupo de amigos, la víctima queda aislada y sola. Esto provoca que no puedan hablar sobre el tema, por lo que es importante mantener una comunicación fluida.
- Fracaso escolar y miedo a ir al centro educativo. Puede que incluso aleguen estar enfermos antes de ir, o que el mismo miedo le provoque problemáticas como nauseas o bajadas de tensión.
- Ansiedad, tanto durante el tiempo que es acosado como secuelas durante su vida (al pasar cerca de grupos de adolescentes, por ejemplo).
- Depresión.
Prevención del acoso escolar
La prevención del acoso escolar está en manos de todos. Nosotros, como adultos, hemos de saber intervenir en estos casos y, sobre todo: actuar para prevenirlos. Somos nosotros los responsables de que estas situaciones se den. Sin duda, es el agresor el que ejerce la violencia, sin embargo, nosotros somos los que deberíamos saber detectar estas conductas e intervenir, tanto con el agresor para prevenir otras agresiones futuras, como con la víctima para trabajar en su autoestima y prevenir las consecuencias del acoso.
- Es importante la comunicación entre centro educativo y familia con el fin de detectar los casos.
- Cada centro debe tener su plan de convivencia, donde se realicen acciones concretas para la prevención e intervención en casos de acoso escolar.
- No debemos lavarnos las manos con el ciberacoso: aunque no se de dentro del centro escolar, se da entre alumnos del mismo centro. Seguimos siendo responsables de intervenir.
- No podemos pensar que “son cosas de niños”. El acoso nunca debería ser algo típico en niños. No podemos dejar pasar este tipo de conductas.
- Es importante formarnos y formar a nuestros hijos para que no acaben siendo víctimas, agresores o testigos pasivos.
Consejos finales: las consecuencias para el agresor.
Antes de acabar el artículo, hemos de reflexionar sobre algo: nuestros hijos pueden ser agresores, víctimas o testigos pasivos. Evidentemente, sentimos temor a que sean víctimas de acoso. Este miedo es normal y hemos de trabajar con ellos para que no lo sean, pero no debemos olvidar que también podrían ser agresores y debemos trabajar con ellos. El agresor suele tener:
- Falta de autocontrol.
- Imposición de sus puntos de vista y pensamientos sobre los de los demás.
- Dificultad para gestionar sus emociones, con explosiones violentas, impulsivas y dañinas hacia los demás.
Saber identificar cómo actúa nuestro hijo es vital para prevenir tanto que sea víctima como agresor. La educación y la concienciación son muy importantes.
Debemos concienciarnos, formarnos como padres y estar al tanto para, si no prevenir, detectar el acoso a tiempo y minimizar daños.
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En resumen
- El acoso escolar son un conjunto de conductas agresivas tanto física como psicológicamente hablando entre alumnos de un centro. También puede darse a través de la red.
- En el acoso escolar encontramos un agresor, una víctima y testigos (normalmente pasivos ante la situación).
- La comunicación entre centro y familias y los planes de convivencia son vitales para prevenir y educar.
- Las víctimas sufren consecuencias que llevan desde la pérdida de autoestima hasta la depresión. El acoso escolar no es “cosa de niños”.
- Los agresores suelen tener problemas de autocontrol e irritabilidad o comportamientos muy impositivos.
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