Si convives con una persona adulta con TDAH, o lo eres, este post te ayudará a entender algunos de los motivos que te llevan a tener los malentendidos más habituales. Recuerda, esto no viene en los libros.
¿Te interesa saber cuáles son y por que se dan? Pues te lo te cuento porque lo veo cada día en mi consulta.
En este post te voy a explicar los tres detonantes de discusiones y malentendidos más frecuentes que tienen las personas adultas con TDAH con las personas de su entorno. Así sabrás detectarlos y actuar de la forma adecuada en cada caso.
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Repaso por los detonantes del TDAH en adultos
Antes de nada, te las cuento:
- Primero, lo que yo llamo, las conversaciones no tenidas.
- Segundo, la gran habilidad para encontrar la peor interpretación nunca jamás esperada para cualquier frase que digas, por muy inocente que sea.
- Tercero, la gran incapacidad para darse cuenta de que te está hablando de las forma más borde posible, sin que por ello piense que tienes derecho a molestarte.
UNO. Las conversaciones NO tenidas
Si convives o tratas habitualmente con una persona con TDAH, párate a pensar cuántas veces te ha pasado esto que te voy a explicar. Por el contrario, si la persona con TDAH eres tú, ponte en el lugar del otro, o recuerda alguna situación similar a la que te voy a contar.
Tienes un tema importante que hablar con una persona con TDAH de tu entorno directo. Habitualmente tu pareja. Empiezas una conversación con ella. Estáis hablando sobre ello un buen tiempo, incluso más de media hora. Hasta una hora. La persona con TDAH, en ningún momento muestra signos de no prestar atención. Debate, dialoga, responde, contesta… y es posible que hasta discuta. La conversación se acaba y pasan unos cuantos días.
Como se trataba de un tema importante, es habitual que queden cosas pendientes por aclarar o que decidierais que había que realizar una determinada acción.
Tú, con la mayor de las naturalidades, le preguntas a la persona con TDAH por la cuestión que estuvisteis tratando. Más o menos algo así como, “Oye, de lo que estuvimos hablando el otro día, ¿Qué has pensado? o ¿Hiciste lo que hablamos el otro día?” De repente, la otra persona te mira con cara de “¿Qué está diciendo este? ¿Qué tema? ¿Qué otro día?»
Tú, como sabes que puede que hayas detallado suficiente el tema, se lo repites y se lo explicas. Aún así, la cara de extrañeza es cada vez mayor. Tu cada vez entras más en detalle en la explicación pero no hay forma. La otra persona no tiene ni idea de lo que le estás preguntando.
Sí, puede parecerte mentira, pero no te está vacilando. La otra persona no tiene la más mínima conciencia de haber tenido esa conversación, de haberte dicho nada, y por supuesto, de que tu le dijeras nada.
Tu frustración llega a límites insospechados. ¿Por qué pasa esto? Pues no hay una explicación concreta, pero más que el por qué, te voy a decir cómo evitar estas situaciones.
Cada vez que tengas que hablar sobre un tema importante con una persona con TDAH o sobre algo que necesites que Sí o Sí recuerdes, justo cuando termines la conversación, deja un registro de la misma, o mejor aún, grábala. Luego, define algún recordatorio para la otra persona, y haz un seguimiento para conseguir que gracias a múltiples impactos, el tema, se quede registrado en su conciencia.
DOS. La gran tendencia innata, o no, a ser malpensados
¿Cuántas veces le has dicho a una persona con TDAH algo con la mejor de tus intenciones y ella lo ha interpretado poco más o menos que como una agresión verbal?
Si tú eres la persona con TDAH, ¿Con qué frecuencia te encuentras con estos problemas de interpretación? Te enfadas o te molestas por alguna frase, broma o gesto de alguien que luego te dice que nada más lejos de la realidad.
Esto parece deberse a un condicionamiento negativo del sistema nervioso debido a la acumulación continuada de experiencias negativas y resultados por debajo de lo esperado en muchas de las situaciones generales de la vida diaria a lo largo de los años.
Se genera un mecanismo de alerta y reactividad realmente excesivo y desproporcionado que te juega malas pasadas porque te hace pensar mal hasta de las personas que más te quieren por mucho que te lo hayan demostrado. ¿Desconfianza? ¿Inseguridad? Llamale como quieras, pero sabes que está ahí.
¿Qué hacer? Dos pasos:
- Primero, pensar quien es la persona que te ha hablado y cuáles han sido tus experiencias previas con ella
- Segundo, ante la más mínima duda, pregunta por la intención de la frase que te han dicho.
Esto te evitará, más de un dolor de cabeza.
TRES, la ley del ancho del embudo que es mejor derogar ahora mismo
Hay un estudio que analiza la respuesta emocional que presentan las personas adultas con TDAH ante determinados tipos de expresiones faciales de los demás.
Los resultados del estudio dejan ver que las personas adultas con TDAH tienen dificultades para interpretar de forma correcta o diferenciar entre las diferentes expresiones faciales de los demás. Debido a ello, sufren problemas de comprensión en el lenguaje no verbal.
Aunque este estudio no va más allá, en base a mi experiencia y como deducción ampliada de los resultados de este estudio, tengo la hipótesis de que al igual que tienen problemas a la hora de percibir adecuadamente ese tipo de estímulos, también tienen dificultades a la hora de expresar de forma no verbal su lenguaje o comunicación, de modo que esto puede llevarles a malinterpretar sus propias expresiones, tanto verbales como corporales.
Y ahora, que tienes claros estos tres puntos, qué, ¿Estás en disposición de cambiar cosas importantes en tu vida?
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