¿Tu hijo parece vivir en un mundo paralelo cuando se trata de concentrarse o motivarse? ¿Pasa de la distracción absoluta al hiperfoco en segundos? Lo que estás viendo no es falta de voluntad, ni una cuestión de actitud. Es una cuestión de dopamina.
En este post, vamos a explicarte de forma clara y sencilla cómo funciona la dopamina en el TDAH, por qué afecta tanto a la atención, la motivación y las emociones, y qué puedes hacer para aprovechar ese funcionamiento cerebral único a tu favor.
Sigue leyendo para comprender mejor a tu hijo (o a ti misma) y descubrir estrategias prácticas que realmente funcionan.
Listado de Contenidos
- 1 ¿Qué es la dopamina y qué tiene que ver con el TDAH?
- 2
- 3 Cómo funciona la dopamina en el TDAH
- 4
- 5 Hiperfoco y procrastinación: las dos caras del TDAH
- 6
- 7 La dopamina también afecta a las emociones y la impulsividad
- 8
- 9 ¿Se puede “entrenar” la dopamina? Sí, y aquí te explicamos cómo
- 10
- 11 Conclusión: no es pereza, es biología
- 12
- 13 ¿Necesitas ayuda con el TDAH?
¿Qué es la dopamina y qué tiene que ver con el TDAH?
La dopamina: el motor de la motivación y la atención
La dopamina es un neurotransmisor, una sustancia química que permite la comunicación entre neuronas. Su función principal está relacionada con la motivación, el placer, la recompensa y la atención.
Cuando hacemos algo gratificante, como alcanzar una meta o recibir reconocimiento, el cerebro libera dopamina y sentimos satisfacción. Este sistema nos impulsa a repetir conductas que consideramos valiosas.
Pero en el TDAH, este sistema funciona de forma distinta. No es que falte dopamina en general, sino que su liberación y regulación es irregular. Esto impacta directamente en cómo la persona percibe, procesa y responde a los estímulos.
Cómo funciona la dopamina en el TDAH
Diferencias entre un cerebro neurotípico y un cerebro con TDAH
En personas sin TDAH, la dopamina se libera de forma consistente, permitiendo mantener la atención incluso en tareas aburridas. En el TDAH, sin embargo, los niveles de dopamina fluctúan de forma errática.
Esto se traduce en:
Baja dopamina → Falta de motivación, distracción, apatía.
Alta dopamina → Hiperfoco, dificultad para desconectar de una tarea estimulante.
Por eso, los niños con TDAH no pueden elegir concentrarse en lo importante. Su cerebro responde a lo que le resulta interesante, no necesariamente útil o urgente. Y esto no es un capricho: es neurobiología.
Hiperfoco y procrastinación: las dos caras del TDAH
¿Por qué puede pasar horas en un videojuego pero no cinco minutos haciendo deberes?
Una de las grandes paradojas del TDAH es esta: pueden parecer distraídos o «perezosos» en unas tareas, y al mismo tiempo obsesionarse con otras.
Esto tiene una explicación clara: el cerebro con TDAH necesita un nivel de estimulación más alto para liberar suficiente dopamina y entrar en «modo acción».
Por eso, tareas monótonas o sin recompensa inmediata como estudiar, recoger o hacer trámites se sienten como una montaña imposible. En cambio, si la tarea activa su interés, entra en hiperfoco y se mantiene en ella durante horas.
La dopamina también afecta a las emociones y la impulsividad
¿Por qué tu hijo reacciona con tanta intensidad?
Además de regular la atención, la dopamina también está implicada en la gestión emocional. En el TDAH, los desequilibrios en dopamina pueden provocar:
Reacciones emocionales más intensas.
Cambios bruscos de humor.
Baja tolerancia a la frustración.
Impulsividad (responder sin pensar, interrumpir, necesidad de estímulos constantes).
Estas manifestaciones no son defectos de carácter. Son síntomas de un sistema nervioso que está funcionando de manera distinta. Comprender esto es clave para acompañar a tu hijo con empatía y eficacia.
¿Se puede “entrenar” la dopamina? Sí, y aquí te explicamos cómo
Estrategias prácticas para estimular la dopamina de forma saludable
Saber cómo trabaja la dopamina en el TDAH nos permite buscar formas creativas de estimularla. Aquí tienes algunas estrategias útiles:
✅ Convierte lo aburrido en un reto
Usa un cronómetro y reta a tu hijo a terminar algo antes de que suene la alarma. Esto convierte la tarea en un desafío y activa la motivación.
✅ Refuerzos inmediatos
Evita promesas lejanas. Premia logros pequeños y concretos. Por ejemplo: «Después de esta ficha, puedes ver un vídeo o tomar algo que te guste».
✅ Estimula los sentidos
Pon música, cambia de entorno, usa colores, dibujos o texturas que hagan la tarea más atractiva.
✅ Regla de los 5 minutos
Comprométete solo a empezar durante 5 minutos. Una vez que se inicia, suele ser más fácil continuar.
✅ Combina movimiento y actividad
Estudiar caminando, hacer gestos, o aprender con materiales manipulativos ayuda a activar el sistema dopaminérgico.
Conclusión: no es pereza, es biología
Si tú o tu hijo tenéis TDAH, lo más importante es comprender que no se trata de falta de esfuerzo, sino de una forma distinta de procesar el mundo.
La dopamina es la clave para entender muchas de las dificultades asociadas: desde la atención y la procrastinación hasta las emociones intensas o la necesidad de estimulación constante.
Afortunadamente, hay formas de adaptarse a este funcionamiento cerebral. Con estrategias adecuadas y un buen acompañamiento profesional, es posible transformar esas dificultades en oportunidades de desarrollo.
¿Necesitas ayuda con el TDAH?
Si crees que tu hijo puede tener TDAH o ya tienes el diagnóstico pero no sabes cómo actuar, en El Neuropediatra podemos ayudarte.
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